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¿Qué sucede en el cerebro cuando nos enamoramos?

Cuando estamos enamorados se producen unas reacciones químicas en nuestro cerebro en las que se liberan neurotransmisores como oxitocina, serotonina y dopamina en mayores cantidades de lo habitual por lo que es fácil sentirse excitados y enérgicos.

La vida nos parece magnífica y maravillosa. Pero como si de un proceso adictivo se tratara, es importante tener en cuenta que la exposición prolongada en el tiempo de una droga conlleva a la tolerancia y a la habituación de la misma dosis. Es decir, que los receptores neuronales se han acostumbrado a esa corriente química y el cerebro se recupera para volver a su estabilidad. Enfocándolo en las relaciones, cuando llevamos cierto tiempo con una persona, nuestro cerebro se relaja y empezamos a vivir la relación de una forma más tranquila y sin tantos altibajos emocionales.

Una pareja sujetando las letras Love

Este proceso puede perdurar en el tiempo, de media, los dos primeros años de relación dando lugar a una nueva etapa que se puede convertir en crisis y dar lugar a la maravillosa frase: “Ya no siento lo mismo, no eres tú, soy yo”, o por el contrario al inicio de una bonita relación. Es por este motivo que en este artículo queremos reflejar la importancia de conocer el funcionamiento y la transición de la etapa del enamoramiento al amor verdadero.

Tanto la oxitocina como la serotonina y la dopamina se liberan en mayores cantidades dando lugar a una mayor confianza gracias al cariño que nos puede mostrar la otra persona, pueden actuar sobre nuestras emociones provocando pensamientos positivos y un estado de ánimo eufórico.

En el momento en que la relación va atrayendo nuestros pensamientos negativos por la mala gestión de conflictos, disminuyen los niveles de estos neurotransmisores provocando el aumento de nuestro malestar y llevándonos a no tener la misma ilusión ni a percibir a nuestra pareja de la misma manera que al principio de conoceros. También están implicados en el mecanismo de recompensa y placer, motivando a la persona a llevar a cabo ciertas actividades como comer, mantener relaciones sexuales, actividades de ocio… Cuando nos enamoramos tenemos unas ganas inmensas de ver a esa persona constantemente por la sensación de placer que provoca en nosotros.

Seguramente leyendo esto pensarás que una vez los niveles de estos neurotransmisores disminuyan dejarás de querer a esa persona que amas o que tu motivación para seguir adelante con esta relación que te ilusionaba ya no será la misma. Pues hay buenas noticias, no te culpes si no estás igual que el primer día con tu pareja. Hay que aprender a distinguir entre el amor y el enamoramiento. El amor es aquello que nace durante el enamoramiento y que hay que trabajar para que no se apague cada día durante la relación con tu pareja. En el enamoramiento se forjan esas bases que te impulsarán y que te harán ver que esa persona tiene ciertos aspectos que te gustan y que quieres seguir teniendo en tu vida. Se darán ciertas reacciones químicas que serán las responsables de que te fijes en esa persona y que surja en ti esa sensación de unión hacia él/ella. Poco a poco todo se va calmando y aparece la confianza, la intimidad, la tranquilidad, la convivencia.


Por tanto, disfruta de ese momento, deja que tus neuronas tiren fuegos artificiales para pasar a una etapa de amor y confianza con tu pareja.

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¿El amor está en el cerebro o en el corazón?

Tendemos a pensar que el amor es una cuestión del corazón, pero en realidad se centra en el cerebro. Y no se centra en una sola zona.


“El cerebro premia la versatilidad y le gusta repartir su trabajo entre muchas regiones”, explica Cacioppo.


Entre ellas están las porciones emocionales profundas; el lóbulo frontal, responsable de la función intelectual y cognitiva de alto nivel (así como de sentir dolor, incluido el llamado desamor); e incluso la circunvolución angular, propia de simios y humanos y relacionada con la creatividad y el pensamiento abstracto.


“Al examinar en profundidad los cerebros de las personas enamoradas”, afirma Cacioppo, “descubrimos que este complejo fenómeno neurobiológico activa no sólo los centros de placer del cerebro de los mamíferos, sino también nuestro sistema cognitivo, las partes más evolucionadas e intelectuales del cerebro que utilizamos para adquirir conocimientos y dar sentido al mundo que nos rodea.”

Cerebro y corazón

¿Qué ocurre en el cerebro al enamorarse?

Cuando nos enamoramos el corazón late con fuerza, las manos sudan y se experimentan sentimientos apasionados e inquietantes.


Durante la primera etapa del amor romántico, los niveles de cortisol aumentan, lo que puede resultar en situaciones de estrés.


A medida que el cortisol se eleva, los niveles de serotonina, un neurotransmisor que transmite información, disminuyen, lo que contribuye a pensamientos y sentimientos de preocupación, esperanza o los temores típicos del amor temprano.


El proceso de enamoramiento se acompaña de una liberación de altos niveles de dopamina, una sustancia química que activa el circuito de recompensa y hace que el amor sea una experiencia agradable, parecida a la euforia que se siente con el uso de algunas drogas.


La oxitocina, conocida como la hormona del amor, aumenta, lo que genera sensaciones de satisfacción, calma y seguridad que a menudo se asocian con la unión de parejas.


En Dazzling te facilitamos el contacto con personas afines a ti para que puedas conocer a esa persona que te haga sentir esa sensación tan especial, con la que quieras compartir tu vida y que pueda sumar en experiencias. Te ayudamos a que pueda surgir esa chispa, del resto se ocupa tu cerebro y tu actitud.

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