El amor idealizado hace que las personas pierdan la perspectiva sobre cómo amar de forma real. Hemos oído hablar acerca del príncipe azul o la mujer perfecta. Muchas mujeres que creían en él se han dado cuenta que es irreal y también los hombres que pensaban en una pareja sin defectos han cambiado su perspectiva.
Con el tiempo nos vamos olvidando, afortunadamente, de aquellas imágenes de los cuentos de príncipes y princesas que tanto nos impactaron de niños y que eran simplemente una utopía. Vamos aprendiendo que ese príncipe o esa mujer ideal con sus promesas de amor y de felicidad no nos va a cambiar la vida mágicamente, pero que podemos crear una relación sana con nuestra pareja, buscando ser mejores cada día.
Si tienes un concepto idealizado y rígido de cómo debería ser la persona que quieres como pareja, es probable que estés buscando algo que no existe, o por lo menos en la vida real, ya que sólo está en tus sueños y en tu mente. Si pones estándares demasiado altos para tu compañero, ningún hombre o mujer te encajará, ni reunirá todo lo necesario para hacerte feliz. Muchas personas que están solas o han tenido varias relaciones fallidas en su vida, siguen esperando la carroza que traerá a su príncipe o princesa idónea pero eso no es realista.
No se trata de bajar las expectativas, es necesario saber qué cualidades consideras importantes y te gustaría que tuviera quien va a ser su pareja (atractivo/a, trabajador/a, sincero/a, respetuoso/a, cariñoso/a) y también es fundamental tener bien claro qué actitudes de él o ella no tolerarás bajo ninguna circunstancia, pero eso es distinto a la idealización rígida del “príncipe azul” o “la mujer perfecta” .
Al encontrar una persona que te atrae en el proceso de enamoramiento puedes pasar por un periodo de idealización en el que sientes mariposas en el estómago, o cuando la persona se acerca tu respiración se agita, el corazón te acelera o puedes sentir otros síntomas parecidos.
Cabe mencionar que la fase de sentir todos esos cambios en el cuerpo es normal, pero no podemos pretender que en toda la relación tengamos las mismas emociones, porque mientras más madura una pareja más predomina una sensación de calma frente a un sentimiento de euforia.
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Ejemplos del amor idealizado
Existen distintas formas en las que podemos idealizar el amor, entre ellas están estos ejemplos.
Pasión infinita
Al inicio de la relación suele existir un deseo sexual muy activo por ambas partes. Muchas parejas se decepcionan cuando ven que la pasión no es eterna, que va pasando con el paso de los años y la relación se vuelve más racional.
El hecho de que la intimidad en la pareja va cambiando no debe ser un aspecto negativo, la pareja debe mantener el deseo del uno al otro pero entendiendo que todo tiene su tiempo.
El amor como solución a todo
Muchas personas creen que el amor va a arreglarles la vida, pero esto no es positivo. Tienen que comprender que existen otros ámbitos que no deben descuidar como la salud o el trabajo.
La inconsciencia del amor
Varias mujeres y hombres suelen ser ciegos ante las actitudes negativas de su pareja o sus defectos porque se sienten muy enamorados, lo que les impide poner límites.
Es ideal ver las virtudes de tu compañero de vida, pero tienes que reconocer cuando comete errores y decirle que mejore en eso, no permitas todo solo por apego.
Amor eterno
El amor dura mientras lo cuidamos, por lo que es una decisión de todos los días, no podemos pretender que la relación se mantenga sola ya que se construye con detalles, apoyo, límites mutuos y una mejora continua de ambas partes.
Consejos para encontrar el amor
Si aún crees en los que pregonan los cuentos de príncipes y princesas, tal vez ésta sea la razón por la que no encuentras la pareja definitiva con la que sueñas. Porque además, ese grado de perfección que buscas no existe ni en ti ni en el otro, y te va a impedir que veas con los ojos bien abiertos a quien se presente ante ti, y a que puedas dar rienda suelta a tu corazón y enamorarte de alguien que te puede hacer feliz.
¿Quieres un cambio mágico? Pues propícialo tú, no esperes que alguien lo traiga de afuera, separa lo real de lo ideal pues probablemente sólo existe en tu mente. En vez de imaginar que una persona coincide exactamente con la descripción de tu libro o película preferida, o con expectativas desmesuradas que te has impuesto, abre tu corazón a relaciones más realistas. Somos de carne y hueso, con virtudes y defectos. Si lo aceptamos conseguiremos estar más abiertos a un amor más maduro y satisfactorio.
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