Hay muchísimos temas de los que podéis hablar. Interésate por la persona que tienes delante, pregúntale por su trabajo, por su ciudad natal, por su infancia, por sus hobbies, muestra una escucha activa con tu mirada, tus gestos y tu postura.
Si se producen silencios, no siempre tienen que ser incómodos. Es posible que la otra persona esté escuchando la música de fondo o esté pendiente del lugar donde estáis. No quieras llenar esos silencios con frases o palabras que no sean agradables.
Si eres tímido/a puedes optar por ser el que hace las preguntas, y si eres el/la que suele hablar mucho, puedes respirar hondo, serenarte y dejar que el otro participe.
Mantén una buena actitud y piensa cómo te gustaría que se comportaran contigo para así actuar en consecuencia. Elogia su forma de vestir si te gusta o el lugar que ha escogido (si lo ha escogido), y si lo has elegido tú puedes explicar el motivo. Seguro que es una buena razón para que sepa tus intenciones de querer agradar.